36.05.b. SALMOS - Bosquejo - II

B. DISTRIBUCIÓN

Desde tiempos muy antiguos el libro de los Salmos se dividió en cinco libros, posiblemente para imitar los cinco libros de Moisés. En el Midras del Salmo 1: 2, se lee el siguiente comentario rabínico: "Moisés dio a los israelitas los cinco libros de la Ley, y para corresponder con éstos, David les dio el libro de los Salmos en cinco libros".

Esta división quíntuple, que quizá es más antigua que la LXX, se indica mediante la inserción de doxologías y "Amenes" al fin de cada libro, salvo en el quinto, el cual sirve, a manera de doxología extensa, que culmina como conclusión de todo el Salterio.

Estas divisiones principales son las siguientes:

Libro primero, Salmos 1-41, que termina con una doxología y un doble "Amén" (Sal. 41: 13).

Libro segundo, Salmos 42-72, que termina con una doble doxología, un doble "Amén", y la leyenda: "Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí" (Sal. 72: 18-20).

Libro tercero, Salmos 73-89, que termina, como el libro primero, con una doxología y un doble "Amén" (Sal. 89: 52).

Libro cuarto, Salmos 90-106, que termina con una doxología, un "Amén" y un aleluya ("Bendito Jehová Dios de Israel", Sal. 106: 48).

Libro quinto, Salmos 107-150, termina con el Salmo 150, que comienza y termina con un aleluya ("Alabad a Dios"), y es en sí mismo un prolongado aleluya.

Dentro del cuerpo de los salmos, además de las colecciones davídicas, de Asaf y de los hijos de Coré mencionadas anteriormente, aparecen varias otras colecciones menores.

Los Salmos 51-72 son "las oraciones de David, hijo de Isaí" (Sal. 72: 20); los Salmos 52-55 son una colección de salmos maskil ; los Salmos 56-60 son una colección de salmos miktam ; los Salmos 57-59 son una colección de salmos 'al tasjith ; los Salmos 113- 118 constituyen el Hallel egipcio, llamado así por la primera frase del Salmo 114: "Cuando salió Israel de Egipto".

La tradición judía afirma que el Hallel egipcio se usaba en el templo como parte del ritual de la Pascua. Se dice que se cantaban los diversos salmos de la colección mientras se pasaban los vasos que contenían la sangre de los corderos pascuales a lo largo de las hileras de sacerdotes, para que el sacerdote que ministraba los derramara al pie del altar. El pueblo se unía oralmente a la ceremonia, exclamando "aleluya", y repitiendo a intervalos ciertas estrofas de los salmos.

Se puede considerar el Salmo 119 como una colección de 22 salmos cortos que constituyen una ingeniosa meditación en forma de acróstico sobre la ley. A los Salmos 120-134 se los ha llamado "cánticos graduales" (ver: h. Peregrinación), y forman una colección de canciones folklóricas de los peregrinos. Los Salmos 145-150 constituyen un magnífico coro final de aleluyas. Al alma piadosa se le ofrece un conjunto de salterios dentro del Salterio.

La numeración de los Salmos es diferente en el hebreo y en el texto de la LXX y Vulgata. La numeración del texto hebreo masorético es la misma que aparece en la RVR y la RVA. La numeración de la LXX y la Vulgata se aprecia entre paréntesis en la BJ y en la mayoría de las Biblias católicas. La diferencia se debe a que en la LXX y la Vulgata los Salmos 9 y 10 como también los 114 y 115 se fusionan. Por otra parte, los Salmos 116 y 147 se dividen en dos salmos cada uno. Hasta el Salmo 9 y a partir del Salmo 147, la enumeración es idéntica. La LXX añade un Salmo 151. La tabla siguiente señala claramente la diferencia de enumeración en los Salmos afectados.

En el texto hebreo, el título o sobrescrito de un salmo constituye el vers. 1, totalmente o en parte. Esto merece un cuidado adicional al hacer referencias a versículos del texto hebreo. Por ejemplo, Salmo 4: 1 (RVR) es Salmo 4: 2 en hebreo, pues el sobrescrito es el vers. 1. El texto hebreo del Salmo 4 tiene, por lo tanto, nueve versículos en vez de ocho, como aparece en la RVR. La BJ y la NC, entre otras, siguen la numeración de versículos que aparece en hebreo.

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