34.02. ESTER - Autor

Se desconoce quien escribió el libro de Ester. La profunda preocupación del autor por el bienestar del pueblo judío en un momento de crisis nacional lo señala como a una de esa raza. El hecho de que el autor identifique a Mardoqueo como un benjamita (cap. 2 : 5) puede sugerir que él mismo fuera de la tribu de Benjamín. Y como solo menciona al pueblo judío que había sido "esparcido y dividido entre los pueblos" y nunca a los de Jerusalén y Judea, se infiere que él se preocupaba exclusivamente por los primeros y, por lo tanto, tal vez fuera uno de ellos.

Las muchas palabras persas que hay en el libro, además del conocimiento íntimo que el autor tiene de los asuntos y las costumbres persas, sugiere que él residía en la Persia propiamente dicha y no en una de las provincias remotas del imperio.

Las excavaciones realizadas en Susa (Susán) confirma el hecho de que el autor conocía íntimamente el palacio, y las costumbres y reglamentos de la corte persa. Impresionados por este conocimiento, varios eruditos se inclinan a pensar que el autor del libro tuvo que estar relacionado con la corte persa en ese tiempo o poco después, por lo menos como un funcionario subalterno, o bien que tenía acceso directo a esa información por alguien que era de esta nacionalidad.

Es posible que el autor fuese Esdras, quien presidió una expedición a Jerusalénen el 7.º año de Artajerjes I (457 AC). Esdras era una autoridad, un conocedor de la ley judía (ver Esdras 7: 1-14), y puede haber sido un empleado real quizá consejero legal del rey. Es evidente que Artajerjes tenía gran confianza en él, cualesquiera que fueran las circunstancias (ver Esdras 7: 25-28).

La crisis ocasionada por Amán quizá ocurrió en el año 474/473 AC, 16 ó 17 años antes de la partida de Esdras hacia Jerusalén. Por lo tanto, es razonable pensar que Esdras estaba suficientemente familiarizado con los detalles del relato para haberlo podido escribir.

Como celoso patriota (Esdras 7: 27, 28), consagrado sacerdote (vers. 1-5), piadoso reformador (caps. 9: 1 a 10: 14) (cap. 7: 6) y administrador capaz (vers. 6, 10, 21, 25, 26), Esdras debe haberse interesado profundamente en esta crisis, que ocurrió cuando aún era joven. No hay duda de que estaba capacitado para escribir el libro de Ester.

Pero también Nehemías pudo haber sido el autor. Del apéndice del libro de Ester (cap. 10) puede inferirse que cuando se escribió este libro Asuero (Jerjes) ya había muerto, porque "todos los actos de su poder y de su fortaleza" fueron " Escritos en el libro de las crónicas de los reyes de media y persia". De ser así, entonces el libro de Ester fue compuesto después del 465 AC, año en que Asuero fue asesinado por su cortesano Artabano.

Está implícito también que el imperio persa aún gobernaba al mundo, y por lo tanto, el libro de Ester habría sido escrito antes de la caída de Persia en 331 AC. Los numerosos detalles íntimos de la narración, muchos de los cuales han sido ahora confirmados por la arqueología, sugieren, sin embargo, que se lo escribió poco después de que ocurrieran los sucesos, quizá por alguien que conocía personalmente a una o más de las personas mencionadas en el relato.

Algunos han sugerido que Mardoqueo pudo haber sido el autor. El hecho de que se sepa que ejerció cargos secundarios en la corte (caps. 2: 11, 19, 21-23; 3: 2-5;4:1, 2, 6; 5: 13) antes de ser ascendido al puesto de primer ministro del reino (caps. 8: 1, 2, 7-10,15; 9: 3, 4, 20, 31; 10: 3), explicaría por qué el autor conocía tan bien el palacio, las costumbres y reglamentos de la corte. Además, Mardoqueo es la única persona mencionada específicamente en la Biblia que tenía este conocimiento íntimo y también acceso a los textos oficiales de los diversos decretos que se mencionan. Es, pues, probable que Mardoqueo pudo haber escrito el libro de Ester.

Una tablilla cuneiforme que se halla en el museo Berlín menciona a un encumbrado dignatario llamado Marduka (trasliteración babilónica de Mardoqueo), quien, con el título de sipir, sirvió como influyente consejero en la corte de Susán en tiempos de Jerjes. No se conoce a ninguna otra persona -ni en la Biblia ni en otros testimonios documentales- con ese nombre, ni que ocupase ese puesto en Susa durante el reino de Jerjes.

Por orden de Asuero, y en nombre del rey con el sello real, Ester y Mardoqueo enviaron decretos oficiales a todas partes del reino para explicar el repentino cambio de la política real y para autorizar a los judíos a defenderse (cap. 8: 9 -14; cf. cap. 9: 31, 32). Algunos han creído que lo que ahora se conoce como el libro de Ester pudo haber estar incluido en los mensajes enviados a los judíos por Ester y Mardoqueo; pero las referencias que hemos hecho notar, difícilmente puede justificar tal conclusión. Sin embargo, es enteramente posible que Mardoqueo hubiera escrito el libro de Ester y, además, los documentos mencionados en el libro. El hecho de que se lo mencione en tercera persona en todo el libro no afecta en nada la cuestión de que pudiera haber sido su autor.

Es de notar, sin embargo, que aun después de analizar todas esas posibilidades, sigue desconociéndose al autor del libro de Ester. Todo lo que puede decirse con certeza es que debe haber sido un judío que vivió en Susán en la época en que ocurrieron los sucesos narrados en el libro.

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