Azazel

Sustantivo Masculino

[`z'zl ]

quizá "separación [alejamiento]", "el que aleja".

La gran mayoría de las versiones dejan sin traducir esta palabra porque no hay unanimidad de opinión en cuanto a su significado. La etimología más aceptada descompone el vocablo en:


 עז 'z ], "cabra" o "macho cabrío" 
(por ser de género epiceno; es decir, con la misma terminación se designa al macho y a la hembra), 


más אזל 'zl ], "que se va".
y así,
 "un chivo enviado fuera"
[emisario, que se lleva el pecado]*

4 veces
(1) Levítico 16:8
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.

(2, 3) Levítico 16:10
Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

(4) Levítico 16:26
El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

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* La frase "chivo emisario" nos viene de la Vulgata: capro emissario (frases afines: "chivo expiatorio" o "víctima expiatoria").  A su vez, la  expresión latina se basa aparentemente en la revisión de la LXX de Símaco, donde el gr. τραγος απερχομενος [tragos aperchomenos] es una traducción del heb.  עזאזל [`z'zl ]. 

Nuestro "Azazel" es una transliteración directa del hebreo. Algunos eruditos creen que se refiere a un ser  personal o a un demonio particular; otros, al  acto de enviar; y otros, al lugar adonde se enviaba al chivo.

La RVR lo toma como un  nombre personal.  Dos hechos soportan esta  idea: 


1. La construcción paralela hebrea, "por  Yahweh... por Azazel", implica que Azazel es  un ser personal (así como lo es Jehová, el Señor). 

2. Ciertos expositores y escritores judíos  lo consideraron de ese modo.  

Por ejemplo, el libro seudoepigráfico (apócrifo) de Enoc caracteriza a Azazel como el que "ha enseñado  todas las injusticias del mundo" (Enoc 9:6), y añade que "toda la tierra se ha corrompido por  las obras que enseñó Azazel: a él se atribuye  todo pecado" (10:8).  Azazel también es representado como atado de manos y pies y echado a un abismo en algún lugar del desierto, esperando "el gran día del juicio", cuando "será echado en el fuego" (10:4, 6; cf. 54:1-5).

El Día de la Expiación se traían 2 chivos (machos cabríos) al atrio del santuario, donde se echaba suerte para elegir uno de ellos "por Yahweh" y el otro "por Azazel" (Lev. 16:5-10).  Con la sangre del chivo sobre el que caía  la suerte "por Yahweh", el sumo sacerdote hacía expiación por el lugar santísimo, el lugar santo y el altar del holocausto, a causa de los  pecados de Israel (vers. 16-19).  

Es importante notar que el chivo elegido "por Azazel" no tenía parte en el servicio del Día de la Expiación hasta que toda la expiación se hubiera  hecho con el chivo "por Yahweh" (vers. 20).  Sólo entonces el sumo sacerdote, simbólicamente,  transfería los pecados acumulados durante el año al chivo "por Azazel" y lo enviaba al desierto (vers. 21, 22).  

Era la sangre del chivo "por Yahweh" la que expiaba, simbólicamente, los  pecados del pueblo (vers. 15-17).

La sangre del  chivo "por Azazel" no se derramaba (vers. 10, 20). Su alejamiento representaba la eliminación del pecado del universo.


Durante el tiempo del segundo templo, como lo describe la Mishná, el sumo sacerdote ataba un hilo rojo a la cabeza del chivo por Azazel que había sido elegido por suerte,  mientras otro hilo se ataba al cuello del otro chivo.  Al finalizar el día de actividades,  el sumo sacerdote ponía sus dos manos sobre el chivo emisario y hacía su confesión, diciendo: 

"Oh, Dios, tu pueblo, la casa de Israel, ha cometido iniquidad, ha transgredido y pecado delante de ti.  Oh Dios, perdona, te pido, las iniquidades y transgresiones y pecados que tu pueblo, la casa de Israel, ha cometido y transgredido y pecado delante de ti; como está escrito en la ley de tu siervo Moisés: 'Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová' ".  

Entonces el chivo era llevado al desierto, a cierta hondonada.  Allí, quien lo llevaba, dividía el cordón rojo en 2 pedazos: una mitad la ataba a una roca y la otra mitad entre los 2 cuernos; luego lo hacía caer por el precipicio para morir.  Se consideraba que el chivo llevaba los pecados del pueblo, y el santuario quedaba limpio cuando el chivo moría en el desierto.
Bib.: Mishná, Yoma 4:1, 2; 6:1-8.

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