34.03. ESTER - Marco histórico

Muerto Darío I (Histaspes o "el Grande") en 486 AC, su hijo Jerjes ascendió al trono y reinó hasta su muerte en 465 AC; entonces comenzó a reinar el hijo de este último, Artajerjes. Por lo tanto, el Asuero de la Biblia es el Jerjes de la historia. El nombre Asuero deriva deriva de una trasliteración latina - Assuerrus - del hebreo Ajaehweromh; éste a vez deriva del persa Ksajasay del babilónico Ajshiyarshy. Los traductores de la LXX confundieron a Asuero con Artajerjes. El Asuero de los libros de Esdras y de Ester no es el Asuero de Daniel 9: 1. Este fue padre de Darío el Medo.

Durante los años finales del reinado de Darío Histaspes y la primera parte del reinado de su hijo sucesor, Jerjes (Asuero), el imperio Persa alcanzó la cúspide de su poderío. Según Ester 1: 1 el dominio de Asuero se extendía por el oeste desde el límite noroeste de la India hasta el límite norte de Etiopía. De este a oeste su longitud era de 4.800 Km. y en anchura variaba de 800 a 2. 400 Km. Su superficie era de 5,200.000 Km2 aproximadamente. Susán (Susa) era una de las capitales del imperio persa, honor que compartía con Ecbatana y Persépolis. Los persas eran una rama de la familia de raza indoeuropea, y fueron, sin duda, la primera de dicho grupo que gobernó el mundo.

Desde el punto de vista de la historia bíblica, el principal acontecimiento del reinado de Ciro (c. 553-530 AC), primer rey del Imperio Persa, fue el decreto del primer año de su reinado para autorizar a los judíos a que regresaran a Palestina en 536 y a reconstruir el templo ( Esdras 5: 13). En cumplimiento de este decreto, Zorobabel dirigió a unos 50.000 judíos de regreso a Judea y comenzó la reconstrucción del templo (Esdras 1: 5, 6; 3: 1-10). Sin embargo, después de un tiempo el trabajo se detuvo como resultado de varias dificultades y desánimos que surgieron (Esdras 4: 1-5, 24 cf. Hageo 1: 1-4). El reinado de Cambises (530-522), hijo y sucesor de Ciro, fue de poca importancia para los judíos, porque parece que aquel tuvo poco o ningún interés en el bienestar de ellos. Pero poco después de que Darío Histaspes (522-486) ascendiera al trono, promulgó un decreto para confirmar el que Ciro había expedido (Esdras 4: 24 ; 6: 1). Con este último decreto culminó la terminación del templo de Zorobabel en 515 AC (Esdras 6: 1, 15).

A principios del siglo V Atenas ayudó a los griegos que vivían en la costa occidental de Asia menor en su lucha por liberarse de la dominación persa. Darío hizo frente a este desafío a su poder, y llevó un ejército a Grecia para castigar a los atenienses. Estos hicieron frente a las poderosas huestes de Persia en la playa de Maratón, con un ejército mucho menor y propinaron a los invasores una derrota decisiva que obligó a Darío a retirarse inmediatamente a Asia (490 AC). Pero Darío murió (486 AC) mientras hacía preparativos para una nueva invasión contra Grecia. Su hijo y sucesor, Jerjes I, o Asuero (486-465 AC), regresó a Grecia, pero sufrió una derrota aun mayor en Salamina (480 AC. Después de esto Jerjes partió definitivamente al Asia y dejó encargado de la campaña a su general Mardonio. Este fue derrotado en Platea el año siguiente, y como resultado las fuerzas persas abandonaron Europa y no regresaron más.

El gran banquete del tercer año de Jerjes (Asuero) parece haberse celebrado poco antes de que éste partiera de Susán (Susa) para su desastrosa expedición a Grecia. Sin duda fue antes de su partida en 482/481 AC cuando se dio la orden de que juntaran a "todas las jóvenes vírgenes de buen parecer" (Ester 2: 3). El cumplimiento de este decreto requirió, seguramente, varios meses. Sin duda, poco después del regreso de Jerjes a Susa, Ester fue llevada delante de él y elegida reina.

Los sucesivos reveses que le causó la flota ateniense en las costas occidentales del Asia Menor, durante los años siguientes, más los disturbios producidos en otras partes del extenso imperio, pueden haber predispuesto al rey para que considerara favorablemente el plan, propuesto por- Amán, de exterminar a los judíos. Si este plan se hubiera puesto en ejecución, habría comenzado una política diametralmente opuesta a la anterior, que era amistosa y aun generosa de parte de los persas para con los judíos, durante los reinados de Ciro y Darío. La notable liberación de los judíos, gracias al valor de Ester, sirvió para restaurar a los judíos al favor real y preparó el camino para las labores de Esdras y Nehemías pocos años después, y particularmente para el importante decreto de Artajerjes I (465-423 AC), hijo y sucesor de Jerjes, en el año 457 AC.

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