En general, la poesía del Antiguo Testamento evita lo abstracto, tiende a rehuir el argumento prolongado, y abunda en ideas que son comunes a la raza humana.
Es esencialmente concreta.
Es sentenciosa y muy concisa.
Las verdades éticas más profundas se expresan en proverbios sumamente sencillos.
Por eso es tan fácil de citar.
Y es rica en figuras de dicción, en símiles, metáforas y personificaciones que dan frescura y vigor a las ideas, y las hacen claras a personas de todas las clases de todas las naciones a través de todas las edades.