60.03. Características de la poesía bíblica - Cualidades universales

En general, la poesía del Antiguo Testamento evita lo abstracto, tiende a rehuir el argumento prolongado, y abunda en ideas que son comunes a la raza humana.

Es esencialmente concreta.

Es sentenciosa y muy concisa.

Las verdades éticas más profundas se expresan en proverbios sumamente sencillos.

Por eso es tan fácil de citar.

Y es rica en figuras de dicción, en símiles, metáforas y personificaciones que dan frescura y vigor a las ideas, y las hacen claras a personas de todas las clases de todas las naciones a través de todas las edades.

60.02. Características de la poesía bíblica - Amor a la naturaleza

La poesía del Antiguo Testamento abunda en amor a la naturaleza. Resplandece con efectos escénicos de resaltante hermosura.

Pero para el poeta hebreo, la hermosura o majestad de la naturaleza nunca es un fin en sí misma. El amor por la naturaleza lleva más allá de ella: a su Creador; e inspira al poeta con una consagración más profunda a Dios.

Pueden venir "el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad", pero todo "ejecuta su palabra" (Salmo 148: 8).

En el Salmo de la tempestad (Salmo 29), el poeta no es conmovido tanto por la demostración física de los fenómenos naturales, como por el poder, la gloria y la bondad de Dios que se revelan en la tempestad:

"En su templo todo proclama su gloria. Jehová preside en el diluvio" (vers. 9, 10).

De la misma manera, las idas y venidas de los animales salvajes durante la noche dirigen los pensamientos del salmista hacia Dios que los creó:

"Hizo la luna para los tiempos;
el sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas, Y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas. . .
¡Cuán inmensurables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios" (Salmo 104: 19-24).

60.01. Características de la poesía bíblica - Conciencia de la realidad de Dios

La poesía del Antiguo Testamento se caracteriza por una vívida conciencia de la realidad de Dios.

Está saturada de la comprensión de la presencia divina.

Es esencialmente religiosa.

En el lamento de David por Saúl y Jonatán, su amor por Jonatán es inferior a su horror frente a la espantosa irreverencia de quitar la vida al rey ungido por Dios (1 Samuel 31; 2 Samuel 1).

En el canto de Débora y Barac la venganza a expensas del enemigo se subordina a la confianza en Dios (Jueces 4, 5).

En la poesía hebrea Dios está presente por doquier.

59.09. Eclesiastés

El libro de Eclesiastés, o El Predicador, es obra de Salomón, el mayor, el más rico, y el más sabio de los reyes de todas las edades.

Lo escribió a fines de su vida cuando, después de haber malgastado años en procurar la satisfacción de los placeres de este mundo, comprendió la impiedad de su camino y se volvió a Dios, la Fuente de su sabiduría. Al fin, habiendo aprendido por triste experiencia cuán insensata es una vida tal, su anhelo y deseo era evitar, que otros pasasen por la amarga experiencia por la cual él había pasado.

Aunque la mayor parte del contenido de Eclesiastés está en prosa, hay magníficos pasajes poéticos en todo el libro, que culminan con el poema "Acuérdate de tu Creador" (12: 1-8) que es un ejemplo extenso del uso de figuras de dicción común en el Cercano Oriente:

"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas:
No tengo en ellos contentamiento;
antes que se oscurezca el sol,
y la luz,
y la luna
y las estrellas,
y vuelvan las nubes tras la lluvia;
cuando temblarán los guardas de la casa,
y se encorvarán los hombres fuertes,
y cesarán las muelas porque han disminuido,
y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
y las puertas de afuera se cerrarán,
por lo bajo del ruido de la muela;
cuando se levantará a la voz del ave,
y todas las hijas del canto serán abatidas;
cuando también temerán de lo que es alto,
y habrá terrores en el camino;
y florecerá el almendro,
y la langosta será una carga,
y se perderá el apetito;
porque el hombre va a su morada eterna,
y los endechadores andarán alrededor por las calles;
antes que la cadena de plata se quiebre,
y se rompa el cuenco de oro,
y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
y la rueda sea rota sobre el pozo;
y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio".

59.08. Libros poéticos: Job

Sin duda la producción más artística del genio literario hebreo es el libro de Job.

El tema de Job es el problema antiquísimo del sufrimiento humano. En un mundo creado y sostenido por un Dios justo y bondadoso, ¿por qué debe sufrir un hombre bueno?

En una narración de dimensiones épicas, un dramático diálogo intenta resolver el problema.

Se lleva a cabo un debate en tres ciclos, en los que Job y sus amigos alternan en la discusión; pero el último ciclo queda inconcluso: se lleva a cabo el argumento. Un joven se presenta para dar la solución final y definitiva al problema, pero Dios mismo se interpone.

El libro de Job es notable por la elevación de su tema y por sus alcances, por la hermosura y variedad de sus descripciones de la naturaleza y lo abarcante de sus efectos escénicos en la tierra y el cielo, y porque reconoce la presencia de Dios en la experiencia humana y penetra profundamente en la naturaleza de la redención y la realidad de un Redentor.

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