Los salmos son la quintaesencia de la poesía lírica.
En la profundidad de su sentimiento y excelsitud de sus propósitos, en su revelación completa de los pensamientos e interrogantes íntimos del espíritu humano, en la hermosura y delicadeza, y a veces vigor y majestad de su expresión, no tienen rival en las expresiones más excelsas de la poesía lírica secular.
Porque
¿cuál otra poesía puede elevarse a las cumbres de la poesía cuyo tema es el alma del ser humano en busca del Dios eterno?
Así como lo espiritual y eterno trasciende lo natural y efímero, también la poesía de los Salmos sobrepuja aun los mayores tesoros líricos del mundo.