DANIEL ALEJANDRO FLORES

61.02. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Formas primarias de paralelismo

Se reconocen en general tres formas primarias de paralelismo:

1. Paralelismo sinónimo, en el cual el pensamiento fundamental se repite con palabras e imágenes diferentes en la segunda línea del dístico. Veamos el siguiente ejemplo:

"Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel" (Génesis 49: 2).

"Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de Ajalón"(Josué 10: 12).

"Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el Corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos" (Salmo 19: 8).

2. Paralelismo antitético o contrastado, en el cual el pensamiento de la primera línea de un dístico es explicado más ampliamente por su contraste o inversión en la segunda línea. Por ejemplo:

"Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová;
Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale con su fuerza" (Jueces 5: 31).

"Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá" (Salmo 1: 6).

"Como rugido de cachorro de león es la ira del rey,
Y su favor como el rocío sobre la hierba" (Proverbios 19: 12).

3. Paralelismo sintético o tácito, en el cual la segunda línea del dístico añade un pensamiento a la primera como para completarla, aumentarla o intensificarla. los dos versos pueden tener una relación de causa y efecto, premisa y conclusión, proposición y suplemento, etc. Por ejemplo:

"Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sión, mi santo monte" (Salmo 2: 6).

"Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios" (Salmo 14: 2).

"Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,
Que de buey engordado donde hay odio" (Proverbios 15: 17).

"Responde el necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en su propia opinión" (Proverbios 26: 5).

"Se apresura a ser rico el avaro,
Y no sabe que le ha de venir pobreza" (Proverbios 28: 22).

61.01. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Generales

A diferencia de la mayor parte de la poesía moderna occidental, la poesía hebrea no depende de un esquema de versos con acento y rima que se repiten en forma regular. Su acento es irregular y su rima, si existe, parece ocasional o accidental.

Para los que deben leer la Biblia en una traducción, la base métrica más significativa del verso hebreo consiste en la simetría equilibrada de forma y sentido conocida como paralelismo.

El primer erudito que examinó a fondo la naturaleza de la poesía hebrea y colocó su estudio sobre una base firme fue el obispo Robert Lowth, profesor de Oxford. En sus Lectures on the Sacred Poetry of the Hebrews (Disertaciones sobre la poesía sagrada de los hebreos) (1753), Lowth designó la tendencia de la poesía hebrea a disponer sus declaraciones en pares, como un sonido y su eco, como paralelismo de partes de un todo.

Watts-Dunton lo ha llamado "ritmo de sentido", y Van Dyke lo ha descrito como "ritmo de pensamiento".

De este elemento característico de la estructura de la poesía hebrea, Stanley dice: "Los golpes rápidos como de alas alternadas, la palpitación como del corazón acongojado, que se han descrito bellamente como la esencia de la estructura paralela de todo verso hebreo, corresponden exactamente con el juego interminable de sentimiento humano y con la comprensión de toda edad y nación".

Es digno de destacarse que este rasgo poético se ha traducido casi intacto al castellano. Aunque se desconoce el origen del paralelismo, debe observarse que el elemento del paralelismo, como rasgo característico de la poesía hebrea, es compartido por otras literaturas antiguas tales como la egipcia, la asirio-babilónica y la cananea.

Puede verse un ejemplo de paralelismo de estructura en su forma más simple en el así llamado "Canto de la Espada", o "Canto de Lamec" (Génesis 4: 23, 24), que probablemente es el más antiguo ejemplo de poesía de la Biblia. En este "Canto de Lamec", de seis líneas, aparece la estructura paralela del verso hebreo en su sencillez máxima. La poesía está formada por tres dísticos sinónimos o paralelos:

"Ada y Zila, oíd mi voz;
Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:
Que un varón mataré por mi herida,
Y un joven por mi golpe.
Si siete veces será vengado Caín,
Lamec en verdad setenta veces siete lo será".

Habiendo comenzado con este ejemplo, pasamos a dar una explicación y ejemplificación más completas del principio del paralelismo como principal factor determinante del verso hebreo.

60.06. Características de la poesía bíblica - Sublimidad

Como ejemplos de lo sublime en la poesía, considérense estos pasajes:

"Escuchad, cielos, y hablaré;
Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
Goteará como la lluvia mi enseñanza;
Destilará como el rocío mi razonamiento;
Como la llovizna sobre la grama,
Y como las gotas sobre la hierba" (Deuteronomio 32: 1, 2).

"Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo,
tú y el arca de tu poder;
oh Jehová Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes,
y tus santos se regocijen en tu bondad" (2 Crónicas 6: 41).

"Levantad en alto vuestros ojos,
y mirad quién cree estas cosas;
él saca y cuenta su ejército;
a todas llama por sus nombres; ninguna faltará;
tal es la grandeza de su fuerza,
y el poder de su dominio" (Isaías 40: 26).

60.05. Características de la poesía bíblica - Hermosura en la naturaleza humana

Como ejemplo de expresión poética de la naturaleza humana, nótense los siguientes:

Afecto filial:

"No me ruegues que te deje,
y me aparte de ti;
porque a dondequiera que tú fueres, iré yo,
y dondequiera que vivieres, viviré.
Tu pueblo será mi pueblo,
y tu Dios mi Dios.
Donde tu murieres, moriré yo,
y allí seré sepultada;
así me haga, Jehová, y aun me añada,
que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos" (Rut 1: 16, 17).


Angustia en un mar tempestuoso:

"Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso,
Que encrespa sus ondas.
Suben a los cielos, descienden a los abismos;
Sus almas se derriten con el mal.
Tiemblan y titubean como ebrios,
Y toda su ciencia es inútil" (Salmo 107: 25-27).


El amor del hombre y la doncella:

"Como el manzano entre los árboles silvestres,
Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté,
Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Me llevó a la casa del banquete,
Y su bandera sobre mí fue amor" (Cantares 2: 3, 4).


Ardiente patriotismo:

"Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría" (Salmo 137: 5, 6).


Dolor acerbo:

"¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!
¡Jonatán, muerto en tus alturas!
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán,
Que me fuiste muy dulce.
Más maravilloso me fue tu amor
Que el amor de las mujeres.
"¡Cómo han caído los valientes,
Han perecido las armas de guerra!" (2 Samuel 1: 25-27).


Confianza perfecta:

"Yo sé que mi Redentor vive
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí" (Job 19: 25-27).

60.04. Características de la poesía bíblica - Hermosura en la naturaleza

Como ejemplos de belleza para interpretar la naturaleza en poesía, nótense los siguientes:

La llegada de la primavera:

"Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía,
hermosa mía, y ven" (Cantares 2: 11-13).

El corcel de guerra:

"¿Diste tú al caballo la fuerza?
¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
¿Le intimidarás tú como a langosta?
El resoplido de su nariz es formidable.
Escarba la tierra, se alegra en su fuerza,
Sale al encuentro de las armas;
Hace burla del espanto, no teme
Ni vuelve el rostro delante de la espada.
Contra él suenan la aljaba,
El hierro de la lanza y de la jabalina;
Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,
Sin importarle el sonido de la trompeta;
Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea!
Y desde lejos huele la batalla,
El grito de los capitanes, y el vocerío" (Job 39: 19-25).

60.03. Características de la poesía bíblica - Cualidades universales

En general, la poesía del Antiguo Testamento evita lo abstracto, tiende a rehuir el argumento prolongado, y abunda en ideas que son comunes a la raza humana.

Es esencialmente concreta.

Es sentenciosa y muy concisa.

Las verdades éticas más profundas se expresan en proverbios sumamente sencillos.

Por eso es tan fácil de citar.

Y es rica en figuras de dicción, en símiles, metáforas y personificaciones que dan frescura y vigor a las ideas, y las hacen claras a personas de todas las clases de todas las naciones a través de todas las edades.

60.02. Características de la poesía bíblica - Amor a la naturaleza

La poesía del Antiguo Testamento abunda en amor a la naturaleza. Resplandece con efectos escénicos de resaltante hermosura.

Pero para el poeta hebreo, la hermosura o majestad de la naturaleza nunca es un fin en sí misma. El amor por la naturaleza lleva más allá de ella: a su Creador; e inspira al poeta con una consagración más profunda a Dios.

Pueden venir "el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad", pero todo "ejecuta su palabra" (Salmo 148: 8).

En el Salmo de la tempestad (Salmo 29), el poeta no es conmovido tanto por la demostración física de los fenómenos naturales, como por el poder, la gloria y la bondad de Dios que se revelan en la tempestad:

"En su templo todo proclama su gloria. Jehová preside en el diluvio" (vers. 9, 10).

De la misma manera, las idas y venidas de los animales salvajes durante la noche dirigen los pensamientos del salmista hacia Dios que los creó:

"Hizo la luna para los tiempos;
el sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas, Y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas. . .
¡Cuán inmensurables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios" (Salmo 104: 19-24).

60.01. Características de la poesía bíblica - Conciencia de la realidad de Dios

La poesía del Antiguo Testamento se caracteriza por una vívida conciencia de la realidad de Dios.

Está saturada de la comprensión de la presencia divina.

Es esencialmente religiosa.

En el lamento de David por Saúl y Jonatán, su amor por Jonatán es inferior a su horror frente a la espantosa irreverencia de quitar la vida al rey ungido por Dios (1 Samuel 31; 2 Samuel 1).

En el canto de Débora y Barac la venganza a expensas del enemigo se subordina a la confianza en Dios (Jueces 4, 5).

En la poesía hebrea Dios está presente por doquier.

59.09. Eclesiastés

El libro de Eclesiastés, o El Predicador, es obra de Salomón, el mayor, el más rico, y el más sabio de los reyes de todas las edades.

Lo escribió a fines de su vida cuando, después de haber malgastado años en procurar la satisfacción de los placeres de este mundo, comprendió la impiedad de su camino y se volvió a Dios, la Fuente de su sabiduría. Al fin, habiendo aprendido por triste experiencia cuán insensata es una vida tal, su anhelo y deseo era evitar, que otros pasasen por la amarga experiencia por la cual él había pasado.

Aunque la mayor parte del contenido de Eclesiastés está en prosa, hay magníficos pasajes poéticos en todo el libro, que culminan con el poema "Acuérdate de tu Creador" (12: 1-8) que es un ejemplo extenso del uso de figuras de dicción común en el Cercano Oriente:

"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas:
No tengo en ellos contentamiento;
antes que se oscurezca el sol,
y la luz,
y la luna
y las estrellas,
y vuelvan las nubes tras la lluvia;
cuando temblarán los guardas de la casa,
y se encorvarán los hombres fuertes,
y cesarán las muelas porque han disminuido,
y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
y las puertas de afuera se cerrarán,
por lo bajo del ruido de la muela;
cuando se levantará a la voz del ave,
y todas las hijas del canto serán abatidas;
cuando también temerán de lo que es alto,
y habrá terrores en el camino;
y florecerá el almendro,
y la langosta será una carga,
y se perderá el apetito;
porque el hombre va a su morada eterna,
y los endechadores andarán alrededor por las calles;
antes que la cadena de plata se quiebre,
y se rompa el cuenco de oro,
y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
y la rueda sea rota sobre el pozo;
y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio".

59.08. Libros poéticos: Job

Sin duda la producción más artística del genio literario hebreo es el libro de Job.

El tema de Job es el problema antiquísimo del sufrimiento humano. En un mundo creado y sostenido por un Dios justo y bondadoso, ¿por qué debe sufrir un hombre bueno?

En una narración de dimensiones épicas, un dramático diálogo intenta resolver el problema.

Se lleva a cabo un debate en tres ciclos, en los que Job y sus amigos alternan en la discusión; pero el último ciclo queda inconcluso: se lleva a cabo el argumento. Un joven se presenta para dar la solución final y definitiva al problema, pero Dios mismo se interpone.

El libro de Job es notable por la elevación de su tema y por sus alcances, por la hermosura y variedad de sus descripciones de la naturaleza y lo abarcante de sus efectos escénicos en la tierra y el cielo, y porque reconoce la presencia de Dios en la experiencia humana y penetra profundamente en la naturaleza de la redención y la realidad de un Redentor.

59.07. Libros poéticos: Cantar de los Cantares

El Cantar de los Cantares es el único libro de la Biblia que consiste exclusivamente en poesía escrita en forma de diálogo.

Es un hermoso ejemplo de un poema idílico oriental.

Las gráficas imágenes que se presentan en rápida sucesión a lo largo del libro son características de este tipo de poesía.

Es difícil que la mente occidental comprenda y aprecie la franqueza de estas imágenes. El advertir la naturaleza figurada del lenguaje de este tipo de poesía ayudará a comprender el mensaje del libro.

59.06. Libros poéticos: Lamentaciones

En hebreo el libro de Lamentaciones exhibe una estructura poética particular: su métrica es la del ritmo de qinah, y su forma general es acróstica o alfabética.

En el ritmo de qinah cada línea tiene cinco tiempos, tres en la primera mitad y dos en la segunda, con lo que produce el efecto de un largo crescendo seguido por un decrescendo más corto, como si el dolor se elevase a su altura y luego se desvaneciera más rápidamente.

Más aún, todo el poema es una muestra prolongada del ritmo de qinah, pues la endecha alcanza su culminación en el capítulo 3 y desciende más prestamente a su nivel de base al fin del capítulo 5.

La forma acróstica de las Lamentaciones es intrincada.

El primer capítulo consta de 22 tercetos, y las letras iniciales de cada uno siguen el orden regular del alfabeto hebreo.

El segundo capítulo sigue el mismo modelo, con una leve variación en el orden del alfabeto.

En el tercer capítulo el acróstico se distingue por el hecho de que los tres versos de cada terceto comienzan con la misma letra, como una especie de clímax del poema.

En cambio, el cuarto capítulo consta de dísticos del ritmo de qinah, con letras que forman acróstico sólo al principio de cada dístico.

El quinto capítulo abandona tanto la estructura acróstica como el ritmo de qinah, como si las formas literarias usuales ya no fuesen adecuadas para expresar el dolor del poeta.

El poema es un modelo de estructura artística.

59.05. Libros poéticos: Proverbios

La forma literaria característica de los Proverbios es el mashal, o unidad proverbial, un simple dístico de dos líneas paralelas que expresan con muchísima concisión una verdad axiomática y evidente por sí misma.

La forma que prevalece es la del paralelismo antitético o contrastante.

Por ejemplo:

"En las muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10: 19).

Pero hay también numerosos casos de paralelismo sinónimo, como éste:

"El corazón del entendido adquiere sabiduría;
Y el oído de los sabios busca la ciencia" (Proverbios 18: 15),

y de paralelismo sintético:

"Escucha el consejo, y recibe la corrección,
Para que seas sabio en tu vejez" (Proverbios 19: 20).

Esta unidad proverbial es el molde literario empleado en toda la temática de los caps. 10: 22 a 16: 33; y también se halla en forma irregular a lo largo de todo el libro.

A menudo la sabiduría de Proverbios toma la forma de:

(1) Monólogos (1: 20-33; 7: 1 a 8: 36),

(2) Pequeños poemas (4: 10-19; 9: 1-18; 24: 30-34),

(3) Epigramas (23: 19-21, 26-28, 29-35), y

un soberbio poema acróstico o alfabético con que termina el libro: el poema acerca de la mujer virtuosa (31: 10-31). Este consta de 22 versos, y cada verso comienza con una letra del alfabeto hebreo en su orden regular.

Así, en una variedad de formas, los Proverbios alcanzan su propósito: inspirar reverencia para con Dios, exaltar la sabiduría e instruir en las virtudes prácticas.

59.04. Libros poéticos: Salmos

Los salmos son la quintaesencia de la poesía lírica.

En la profundidad de su sentimiento y excelsitud de sus propósitos, en su revelación completa de los pensamientos e interrogantes íntimos del espíritu humano, en la hermosura y delicadeza, y a veces vigor y majestad de su expresión, no tienen rival en las expresiones más excelsas de la poesía lírica secular.

Porque

¿cuál otra poesía puede elevarse a las cumbres de la poesía cuyo tema es el alma del ser humano en busca del Dios eterno?

Así como lo espiritual y eterno trasciende lo natural y efímero, también la poesía de los Salmos sobrepuja aun los mayores tesoros líricos del mundo.

59.03. La Poesía en los libros Poéticos

Cinco libros del Antiguo Testamento pueden ser considerados como poéticos pues están formados, total o principalmente, por literatura en forma de verso.


Salmos, Lamentaciones y Cantar de los Cantares son solamente poesías.

Job es mayormente poesía, sólo su prólogo y su epílogo están en prosa.

Proverbios es filosofía práctica en forma de poesía.

Además de éstos, Eclesiastés tiene una porción considerable de hermosa poesía.

59.02. La Poesía en los profetas

Los libros proféticos del Antiguo Testamento presentan una contribución única en su género a la literatura universal con su fusión de prosa y poesía en secuencia continua.

En estos libros están entremezclados la historia profética, el discurso oratorio y la celebración poética.

El profeta escribe las palabras de profecía divina; habla con vibrantes períodos y frases equilibradas de la oratoria sublime, reprendiendo, suplicando, amonestando, consolando a su pueblo extraviado y entreteje en la obra literaria inspirada melodías de poesías líricas: en conjunto su obra forma un tipo literario totalmente desconocidos en otras literaturas del mundo.

Los primeros 39 capítulos de Isaías están formados por pasajes entremezclados de prosa y poesía; pero los capítulos 40-66 de este libro profético son casi exclusivamente poesías.

Los capítulos 1-31 y 46-51 de Jeremías presentan una combinación de prosa y poesía.

Hay unos pocos casos de poesías en Ezequiel y Daniel.

La mayoría de los profetas conocidos como menores también consisten, total o parcialmente en poesía. A menudo la vehemente elocuencia de los profetas halla su expresión en las excelsas cadencias de la poesía lírica.

59.01. La Poesía en los libros históricos

En todos los libros históricos del Antiguo Testamento hay casos en que se emplea poesía para ilustrar el relato y para hacer vivida la narración. Una de las características típicas de la literatura bíblica consiste en que aparecen lado a lado la narración en prosa y la celebración poética del suceso histórico.

Por ejemplo, inmediatamente después del relato descriptivo del cruce del mar Rojo por los hijos de Israel aparece la celebración lírica de la destrucción de los egipcios y la liberación de Israel el cántico de Moisés y de María (Éxodo 14, 15). Esta oda está entre los más antiguos cantos de victoria.

A continuación de la narración en prosa de la derrota de Sísara, capitán de los ejércitos del rey cananeo Jabín, a manos de los israelitas comandados por Débora y Barac, aparece la oda bélica llamada generalmente el canto de Débora y Barac (Jueces 4, 5).

Después del relato de la muerte de Jonatán y Saúl a manos de los filisteos, aparece el conmovedor lamento de David (1 Samuel 31; 2 Samuel 1). Por su gusto refinado, su delicadeza y perfección de la estructura, pocas elegías de la literatura universal pueden estar al nivel de este bello fragmento de poesía elegíaca.

En todos los libros del Pentateuco, excepto Levítico, hay pasajes poéticos.

Hay seis en Génesis:
(1) El canto de Lamec, 4: 23, 24.
(2) La maldición de Noé sobre Canaán y la bendición para Jafet, 9: 25-27.
(3) La profecía de Dios a Rebeca, 25: 23.
(4) La bendición de Isaac, para Jacob, 27: 27-29.
(5) La bendición de Isaac para Esaú, 27: 39, 40.
(6) La bendición de Jacob para sus hijos, 49: 2-27.

El único ejemplo de poesía en Éxodo es el soberbio cántico de Moisés y María, 15: 1-18, 21.

Números tiene los siguientes ejemplos:
(1) La bendición aarónica, 6: 24-26;
(2) Fórmulas para levantar y asentar el arca, 10: 35, 36.
(3) El canto del valle, 21: 14, 15.
(4) El canto del pozo, 21: 17, 18.
(5) La caída de Hesbón, 21: 27-30.
(6) Los oráculos de Balaam, 23: 7-10, 18-24; 24: 3-9, 15-24.

Deuteronomio presenta
(1) Las maldiciones, 27: 15-26.
(2) El canto de Moisés, 32: 1-43.
(3) La bendición de Moisés para las doce tribus, 33: 2-29.

El único pasaje en verso de Josué es la orden de Josué al sol y a la luna, 10: 12, 13.

Jueces tiene
(1) El canto de Débora y Barac, 5: 1-31.
(2) Los enigmas de Sansón, 14: 14, 18; 15: 16.

Rut incluye el pacto de Rut con Noemí, 1: 16, 17,

1 Samuel tiene
(1) El agradecimiento de Ana, 2: 1-10 y
(2) Trozos de canciones populares para alabar a David, 18: 7; 21: 11.

2 Samuel tiene
(1) El lamento de David 1: 19-27.
(2) La elegía de David por la muerte de Abner, 3: 33, 34.
(3) El canto de victoria de David, 22: 2-51 (ver. Salmo 18).
(4) Las últimas palabras de David, 23: 1-7.

En 1 Crónicas aparece el cántico de David para la instalación de arca, 16: 8-36.

En 2 Crónicas hay
(1) Coros poéticos en 5: 13; 6: 1, 2; 7: 3; 20: 21.
(2) La parte final de la oración de Salomón, 6: 41, 42.

59.00. La Poesía de la Biblia - Introducción

Alrededor del 40 por ciento del Antiguo Testamento es poesía.

Para el lector común de la Biblia esto constituye un descubrimiento sorprendente. Está acostumbrado a ver la poesía impresa en forma de versos y estrofas escandidos, que generalmente se caracterizan por un ritmo y una rima marcados y regulares, mientras que en la mayoría de las versiones bíblicas comunes se hace poca distinción tipográfica entre el verso y la prosa. Sólo algunos de los revisores de las traducciones han presentado la poesía de la Biblia en la forma versificada que nos resulta familiar.

La mayor parte de la poesía bíblica aparece en el Antiguo Testamento en fragmentos de los libros históricos, en pasajes entremezclados con las porciones en prosa de los profetas, y en seis libros que son poéticos en su totalidad o en gran parte. En el Nuevo Testamento sólo aparece poesía en unos pocos casos aislados, principalmente en citas del Antiguo Testamento.

La importancia de la poesía y la música entre los hebreos se advierte en el hecho de que el idioma hebreo tiene una cantidad de sinónimos para la palabra "canto".

58.15. Valores monetarios - III

El dinero acuñado primero apareció en el Asia Menor en el siglo VII AC.

Tradicionalmente se considera a Lidia como el país donde se originó el dinero acuñado. Cuando el Asia Menor se convirtió en una posesión persa, los persas adoptaron el uso del dinero acuñado y lo aplicaron por todo su imperio que, pocos años después de la conquista de Lidia, comprendía todo el CercanoOriente.

Las monedas de oro eran acuñadas solamente por el rey, las monedas de plata también por las provincias. Darío I introdujo la moneda de oro patrón, que fue llamada por su nombre, el dareikos.

Esdras 8: 27 menciona el dareikos, o "dracma":

"Además, veinte tazones de oro de mil dracmas, y dos vasos de bronce bruñido muy bueno, preciados como el oro".

El autor de Crónicas convirtió el dinero davídico en dareikos [dracmas] para la mejor comprensión de sus lectores:

"Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro" (1 Crónicas 29: 7).

En Esdras 2: 69 y Nehemías 7: 70-72 los valores monetarios están expresados en dracmas griegas.

"Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales" (Esdras 2: 69).

"Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata. Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales" (Nehemías 7: 70-72).

El hebreo establece una clara distinción entre las unidades monetarias griegas y persas.

En Esdras 2: 69 y Nehemías 7: 70-72 se usa la palabra darkemen, "dracma", y en Esdras 8: 27 y 1 Crónicas 29: 7 se emplea la palabra 'adarkon, que significa dareikos.

Hasta hace pocos años algunos eruditos críticos negaban la posibilidad de que se hubieran podido usar dracmas griegas en Palestina al principio del período persa, y consideraban los textos que mencionaban las dracmas como prueba del origen posterior de los libros de Esdras y Nehemías.

Sin embargo, las excavaciones de Beth-zur en Palestina han sacado a luz dracmas áticas de principios del siglo V, demostrando que estas monedas griegas eran usadas entonces en Palestina. Las dracmas de oro áticas eran de aproximadamente el mismo valor que el dareikos persa.

Desde el siglo IV AC se permitió a los judíos que acuñaran sus propias monedas. Estas eran una imitación de las monedas áticas como lo demuestran algunos especímenes que se han hallado recientemente.

58.14. Valores monetarios - II

A menos que se descubra alguna evidencia positiva en contra será acertado calcular las declaraciones del Antiguo Testamento en cuanto a monedas usando sus equivalentes babilónicos conocidos.

La dificultad es que los babilonios trabajaban con siclos, minas y talentos livianos y pesados, pero los escritores del Antiguo Testamento no indican si usaban los valores monetarios livianos o pesados. Por eso hay incertidumbre respecto a cuál debe entenderse en un caso dado.

La diferencia entre los dos sistemas era del 100 por ciento. Si cierto valor monetario se da según el sistema de peso pesado, debe recordarse que el precio puede haber sido de acuerdo al más liviano, lo que lo disminuiría a la mitad. Los valores de la tabla que aparece más abajo representan el peso liviano.

Puede resultar útil señalar la relación de los diversos valores metálicos en Babilonia durante los tiempos del Antiguo Testamento. En la época patriarcal, el valor del oro respecto al de la plata era alrededor de 1 a 4. Pero el valor del oro aumentó de tal manera, que durante el primer milenio AC la proporción era generalmente de 1 a 13½, con pequeñas fluctuaciones. El valor de la plata respecto al cobre era generalmente de 1 a 60.

Es engañoso simplemente convertir el dinero antiguo en valores monetarios por medio de una comparación hecha según el poder adquisitivo del dinero antiguo. No existen ejemplos aplicables al Antiguo Testamento, pero para Babilonia, tenemos los siguientes ejemplos:

58.13. Valores monetarios - I

No hay ninguna seguridad en cuanto al peso de las diversas unidades monetarias de plata y oro mencionadas en la Biblia antes del tiempo de la conquista hebrea de Canaán.

El siclo de Tell Beit Mirsim, se ha calculado a partir de un peso de 8 minas y pesa 11,4 g. Otros siclos hallados en Ugarit, Siria, pesan 9,5 g. Los siclos hallados en Egipto y Babilonia varían desde 8,8 hasta 9,8 g. Los pesos modernos equivalentes dados en nuestros blogs se basan en un siclo promedio de 11,4 g; se entiende que este valor, elegido arbitrariamente, es sólo aproximado.

En los tiempos antiguos muchos de los negocios se efectuaban por medio de trueques. Salomón le pagó a Hiram de Tiro en productos (1 Reyes 5: 11), y el tributo del rey Mesa consistía en ovejas y cabras (2 Reyes 3: 4). Sin embargo, se usó el metal como medio de intercambio desde épocas muy remotas. Abrahán pagó 400 siclos de plata por la tierra que compró cerca de Hebrón (Génesis 23: 16) y David pagó 600 siclos de oro por la era de Ornán jebuseo sobre el monte Moria (1 Crónicas 21: 25).

En las lenguas semíticas, "pagar" y "pesar"; en Heb. shaqal; en babilonio, shaqalu, son la misma palabra; como lo son "plata" y "dinero": en Heb. kesef, y en babilonio kaspu. Resulta evidente que la plata era el único metal básico para el intercambio monetario, y que era pagada por peso.

Sólo después de comenzar el uso de dinero acuñado en forma de monedas en el siglo VII AC, el estado fijó el valor de las piezas monetarias, garantizando su valor con su sello.

Las cartas de Amarna, escritas en Palestina durante el siglo XIV AC, muestran que los cananeos usaban el sistema monetario babilónico en tiempos de la conquista hebrea, aun en su trato con los egipcios. Esto es inusitado, pues desde hacía ya casi un siglo el país había formado parte del imperio egipcio.

Ya que los nombres del AT para los valores monetarios -siclo y mina- son de origen babilonio (shiqlu y manu), generalmente se presume que los hebreos también usaron el sistema monetario de Babilonia y no el de Egipto. Este último no fue empleado fuera de Egipto.

Es seguro que el sistema babilónico fue usado en los tiempos postexílicos, lo que se comprueba por ciertas declaraciones de Josefo. En un lugar, él da a las minas de oro el valor de 2 1/2 libras romanas (Antigüedades xiv. 7. 1; iii. 8.2). Puesto que el denario romano variaba entre 3,88 g y 3,24 g en los días de Josefo, 4 denarios oscilarían entre 15,52 g y 12,96 g. El cálculo de Josefo es bastante acertado, porque el peso de todos los siclos de plata hebreos que existían desde antes de la destrucción de Jerusalén variaba de 14,12 g a 14,25 g. Esto era un poco menos que el siclo pesado babilónico, si se considera el siclo liviano equivalente a 8,37 g (Journal of the American Oriental Society, t. 64 [1944], pág. 73).

58.12. Medidas de capacidad: áridos y líquidos

Homer.
El jomer es una medida de áridos igual a 10 batos: "La ordenanza para el aceite será que ofreceréis un bato de aceite, que es la décima parte de un coro; diez batos harán un homer; porque diez batos son un homer" (Ezequiel 45: 14).

Coro.
El kor es una medida de áridos: "Y la provisión de Salomón para cada día era de treinta coros de flor de harina, sesenta coros de harina... Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram cada año" (1 Reyes 4: 22; 5: 11) y líquidos: (Ezequiel 45: 14), medida del mismo volumen que el homer (Ezequiel 45: 14).

Letek.
El letek era una medida de áridos del volumen de medio homer: "La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio [letek] de cebada" (Oseas 3: 2).

Efa.
El 'efa era una medida de áridos para granos: "Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina" ( Jueces 6: 19; etc.) igual al bato en volumen, y medía 1/10 de un homer: "El efa y el bato serán de una misma medida: que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima parte del homer el efa; la medida de ellos será según el homer" (Ezequiel 45: 11).

El bato era una medida para líquidos: "El grueso del mar era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos" (1 Reyes 7: 26). "La ordenanza para el aceite será que ofreceréis un bato de aceite, que es la décima parte de un coro; diez batos harán un homer; porque diez batos son un homer" (Ezequiel 45: 14).

Seah.
Se traduce generalmente como "medida": "Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo" (Génesis 18: 6). "Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos" (1 Samuel 25: 18). Es 1/3 de un bato según la tradición rabínica, medida de áridos para harina o granos.

Hin.
Esta era una medida para líquidos, para vino y aceite: "Además, con cada cordero una décima parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas; y para la libación, la cuarta parte de un hin de vino... de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin" (Éxodo 29: 40; 30: 24; etc.), igual a 1/6 de un bato según la tradición judía.

Omer.
El 'omer era una medida de áridos de 1/10 del tamaño del efa: "Y un gomer es la décima parte de un efa" (Éxodo 16: 36).

Décima parte.
El 'issaron, era también la décima parte de un efa (Núm. 28: 9; cf. vers. 5 y Exo. 29: 40), y como él, una medida de áridos.

Cab.
El cab, sólo mencionado en 2 Reyes 6: 25 ("Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata") parece haber sido una medida de áridos. Fue usado en Egipto, y también se menciona en documentos judíos del siglo V, de Egipto, y con frecuencia en la literatura judía posterior como igual a 4 logs.

Log.
Esta es la medida más pequeña para líquidos: "El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite... y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová" (Levítico 14: 10, 12; etc.), que los escritores judíos helenistas dan como 1/72 de un bato.

La lista siguiente da varias medidas de volumen del AT. Los equivalentes modernos usados en nuestros estudios para convertir las medidas de áridos y líquidos del AT se basan en el bato de 22 litros previamente mencionado bajo el título "efa".


58.11. Medidas de volumen - Introducción

Hasta hace poco había gran incertidumbre respecto de las medidas de áridos y líquidos. Aunque se conocía la relación de unas con otras por medio de declaraciones bíblicas o de la tradición judía fidedigna, era sumamente difícil su conversión a equivalentes modernos. Esto se debía a discrepancias entre las fuentes rabínicas y Josefo respecto a sus valores y porque no se tenía ninguna medida antigua grabada como guía, ya fuera de Palestina o de Siria. Esto explica por qué en casi todos los diccionarios o comentarios bíblicos se dan equivalentes diferentes para estas medidas.

Afortunadamente esta situación ha cambiado, y ahora podemos basar nuestras cifras en algunas medidas grabadas de batos que se han descubierto.

Se halló en Laquis un fragmento de un jarrón que llevaba sobre el asa la inscripción "Bato Real". Otro jarrón de un volumen de 45,33 litros con la impresión grabada "Para el rey, Hebrón", fue reconstruido con varios fragmentos. Aunque el fragmento con la inscripción "Bato Real" era de un jarrón con boca y asa similares, era mucho más pequeño que el jarrón estampado. Sin embargo, C. A. Inge creyó que el jarrón estampado reconstruido contenía un bato preexílico y sugirió igualarlo con 10 galones [unos 38 litros], lo que sería mucho mayor que la medida dada por Josefo u otros escritores acerca de este tema (Palestine Exploration Quarterly, 1941, págs. 106-109).

Proporcionaron más luz sobre este tema los fragmentos de un ánfora grande hallada en Tell Beit Mirsim, con la inscripción "Bato" en uno de ellos.

W. F.Albright hace notar que el fragmento con las palabras "Bato Real" de Laquis y el jarrón con "Bato" de Tell Beit Mirsim son del mismo tamaño, y al ser reconstruidos equivalen a unos 22 litros, mientras que el recipiente estampado más grande de Laquis era del tamaño de dos batos.

Concuerdan con esto un grupo de medidas de piedra que están ahora en el museo Notre Dame de Jerusalén, con un volumen de 21,25 litros (Annual of the American Schools of OrientalResearch, t. 21/22 [1943], págs. 58, 59). Este bato de alrededor de 22 litros, que se aproxima al volumen dado por los rabinos judíos, puede pues ser aceptado como una base razonable de cálculo hasta que se obtenga una evidencia más exacta.

58.10. Medidas de superficie

La única medida de superficie mencionada en la Biblia es la "yugada", semed:

"Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra" (1 Samuel 14: 14).

"Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa" (Isaías 5: 10).

Era el sector de campo que podía ser arado con una yunta de bueyes en un día.

Sin embargo, 1 Reyes 18: 32* también trata del tamaño de una superficie equivalente a aquella en la que, por lo general, se sembraban dos medidas de semilla. Esta llegó a ser la medida común de campos en el tiempo del Talmud ('Erubin 23b) donde se la define como igual a 5.000 codos cuadrados hebreos, es decir, aproximadamente unos 988 m2.
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* "Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano".

58.09. Medidas lineales

Los descubrimientos arqueológicos de Palestina no han proporcionado ningún ejemplo de medidas lineales para establecer la longitud absoluta de las diversas medidas usadas en el AT.

El codo babilónico está registrado en la famosa estatua del rey Gudea de Lagash, hallada en Tello, como de 49,78 cm. También lo comprueban registros encontrados en tablas de arcilla.

El codo egipcio tenía alrededor de 52,32 cm de longitud, pero el codo equivalía a 44,96cm. Este fue probablemente el codo usado por los hebreos en la construcción del tabernáculo (Éxodo 25: 10, 17, 23; etc.), pues acababan de salir de Egipto, donde habían conocido y usado el sistema egipcio de medidas lineales, y además, puesto que su propio codo usado en los días de Ezequías tenía aproximadamenteel mismo largo (44,45 cm), tal como se ha calculado a partir del largo del túnel de Siloé (mide unos 533,40 m), que tiene 1.200 codos, según lo indica una inscripción grabada en él.

Las otras medidas lineales usadas en el AT, palmo, dedo, etc., se basan en el codo. (Ver Éxodo 25: 25; 28: 16; Jeremías 52: 21).

Los valores lineales equivalentes usados en nuestros blogs son los siguientes:

Si la expresión "primera" medida de 2 Crónicas 3: 3 ("medida antigua", BJ) se combina con las declaraciones de Ezequiel 40: 5; 43: 13, por las que un codo largo tenía la longitud de un "codo [antiguo] y palmo", las medidas que figuran en la tabla anterior han de entenderse como siendo 1/6 más largas. Un codo largo sería, por lo tanto, de 51,8 cm de longitud. Estas medidas más largas tal vez tengan que ser aplicadas en la conversión de medidas halladas en libros posteriores tales como Ezequiel. La "caña" de Ezequiel ["vara" en la BJ] tenía la medida de seis codos largos (Ezequiel 40: 5), o sea 3,66 m.

El "codo" gomed, de Jueces 3: 16 es de longitud desconocida. La LXX lo traduce como "Palmo".¹
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¹ La longitud del "codo" suele variar según la fuente a la que se recurra en procura de información (45 cm, 48 cm, 52 cm y fracción, etc). Puesto que también esa medida experimentó cambios en los días del antiguo Israel, con el propósito de simplificar los cálculos y quedar con un término medio aproximado -ya que es imposible proceder con exactitud- hemos preferido asignar 50 cm al "codo" bíblico.
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